OCIO SIN PANTALLAS


En un televisor Telefunken aparece Cobi en los juegos olímpicos de Barcelona. Junto a la tele, una mesa camilla con unos niños merendando un trozo de pan con mantequilla azucarada; están hojeando un libro de tapas rojas, que tiene el poder de trasladar a sus lectores a la Tierra Media de Tolkien. Desde el año 1974 (ha llovido) el rol se ha extendido por el mundo, en España llegó oficialmente en el 85 con la caja roja de Dalmau, pero es a partir de los noventa cuando se convierte en un juego de masas (de masas de frikis). Si echamos cuentas, esos niños ahora peinan canas y es posible (aunque pareciera improbable en aquella época) que la evolución les haya bendecido con un pequeño clon de sí mismos.

Desde la explosión en los noventa del mundo editorial rolero, todo ha cambiado, lo puedes sentir en el agua, las editoriales han adaptado sus productos y desde hace poco han incluido algo nuevo, el rol para niños y niñas. ¡Si el rol ya era para niños! diremos, pues sí, pero  ahora se juega en familia; bajamos el listón de la edad, y ya no son los noventa. Se ha revisado todo el contexto de aquellos juegos y se ha adaptado a nuevas realidades. Por esto surje Magissa, o Pequeños Detectives de Monstruos. Nada que ver con el Señor de los Anillos, ¿verdad? Para adaptar un juego de rol y hacerlo más familiar hay que analizar sus características y es má fácil si lo hacemos con una pequeña historia:

La selva emana un calor sofocante con olor a materia orgánica en descomposición. Los aventureros avanzan lentamente, cruzando por sendas desconocidas, atravesando riachuelos infestados de lampreas y cortando la espesa vegetación a su paso. Están siguiendo las viejas piedras talladas con forma de tucán, porque creen que llevan al antiguo templo ancestral.

Los juegos de Rol se desarrollan en mundos fantásticos, adaptémoslos para que ellos los entiendan y los disfruten, limitemos la violencia y respetemos ese aura literario en nuestras descripciones.

Tras un arduo viaje, magullados y sudorosos, los aventureros se encuentran con el gran Totem de Cacatepec y la entrada al templo. Frente a ella, cortándoles el paso, hay un señor arrugado como una pasa, vestido con harapos y apoyado en un bastón de madera de la buena. Es el venerable rey gnomo, comúnmente llamado: Mollejo el viejo.

El rol no es nada sin personajes potentes, los héroes que representan nuestros niños y los que se van encontrando por el camino. Añadir un poco de humor y desarrollar personajes que les gusten no es tan difícil ¿Verdad?

Aconsejados por Mollejo, los aventureros se internan en el templo.. Hay una bifucacón en medio del camino. A la izquierda se oye el rumor del agua, y a la derecha unas setas luminosas cubren las paredes de un túnel que se pierde en las profundidades de la tierra. ¿Por dónde irán?

El rol obviamente es un juego de representación y de narración, en el que los personajes tienen la libertad de crear su propia historia en una eterna lucha con el director de juego, que plantea el guión de la aventura. Hagamos partidas que se parezcan a cuentos infantiles y ya habremos adaptado el contenido a nuestros pequeños.

El director de juego dice “En el corazón del laberinto, un enorme minotauro resopla echando humo por su hocico, tirad el dado para ver quién lo ataca primero”. Al otro lado de la mesa un niño ojiplático abre la boca asustado. De su nariz sale una pequeña uva mientras elije el dado que tiene que tirar.

No olvidemos que lo que compramos es un manual de reglas, si está adaptada su complejidad y su estética a los niños, ya tendremos mucho camino avanzado ¡y además aprenderán matemáticas!

Buceando en el océano de artículos de la web del Ministerio de Educación, en una sección llamada “La web del estudiante”, en su apartado “ocio y tiempo libre”, podemos encontrar una descripción “oficial” de los Juegos de Rol.

Podrá resultar más o menos acertada, cuando simplemente podría resumirse como un juego en el que interpretas un papel (rol) y actúas en base a ello.

Después hay un sinfín de matices que pueden dar para horas de discusión: utilización de manuales, miniaturas, reglas más o menos complejas, ambientaciones etc.…pero en esencia un juego de rol es eso.

Lo que sí es importante, a mi parecer, en esa descripción, es el reconocimiento de todas las ventajas que aporta este tipo de juegos en el desarrollo de las personas, que no son pocas.

Se engloban en 3 áreas:

Beneficios en la educación:

Los juegos son una herramienta de aprendizaje, ya que los niños “aprenden jugando”, no “juegan a aprender”.
Tiene infinidad de aplicaciones para ayudar en el aula, ya que es más fácil memorizar datos si estamos inmersos en ellos, durante el desarrollo de una partida.

Mejora el cálculo mental y el de probabilidades.


No nos podemos olvidar, y mucho menos en la época digital que estamos viviendo, de la importancia que tiene en la promoción de la lectura, como medio lúdico y recreativo y del desarrollo de la capacidad expresiva con una gran riqueza de vocabulario.


Beneficios en el desarrollo de aptitudes:

La empatía y la tolerancia, puesto que en la interpretación nos tenemos que meter en la piel de “otro”, hace que podamos plantearnos lo que sienten los demás en diversas situaciones.

La socialización, al tratarse de juegos cooperativos, en el que todos tienen que trabajar juntos para conseguir superar los problemas que se plantean, en un marco de igualdad.

En conclusión, los juegos en general, y los Juegos de Rol en particular, son una gran alternativa de ocio que aportan una serie de beneficios esenciales en el desarrollo de las personas.

Aquí hay numerosas iniciativas en relación con el rol, como clubes y asociaciones. Además, tengo conocimiento de que se está fraguando algo en Parla muy interesante relacionado con el ‘Rol para Peques’ y no tan peques.

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